"SECRETOS GUARDADOS DE UNA CIUDAD"

¿Moscú?

No, Madrid. Hace poco más de cien años, entre 1902 y 1910, el arquitecto Fernando Arbós levantó en la calle de Alcalá la iglesia de San Manuel y San Benito. Es el mejor ejemplo de aquitectura neobizantina de la capital. Tiene planta de cruz griega y una cúpula en cuyas pechinas se representan los cuatro evangelistas. Durante la Guerra Civil se salvó de las llamas, pero sólo porque el Gobierno del Frente Popular decidió utilizarlo como almacén.



 
¿Nueva York?

No, Madrid. La fachada del Banco de España es uno de los edificios más conocidos de Madrid, no así su interior, que no desmerece en nada la magnificencia que se ve desde fuera. Aunque el Banco de España fue fundado en 1856 no ocupó la actual sede hasta finales de siglo, cuando se levantó este edificio en el mismo corazón de la ciudad. Por fuera es de estilo neoclásico con toques venecianos, por dentro se asemeja a estaciones de tren como la neoyorquina de Grand Central Station.



¿Roma? 

No, Madrid. Al noreste de la ciudad, no muy lejos del aeropuerto de Barajas, se encuentra el parque del Capricho. En origen fueron los jardines del palacio de los duques de Osuna, un palacete neoclásico que se encuentra en uno de los extremos del parque. Tanto los jardines como el palacio fueron levantados entre a finales del siglo XVIII.  El templete dedicado a Baco, dios del vino, es uno de los monumentos más característicos de estos aristocráticos jardines.




¿Florencia?

No, Madrid. Las Escuelas Pías de San Fernando, en Lavapiés, fueron el primer colegio de los Escolapios que hubo en Madrid. El edificio, dedicado al santo patrón del entonces monarca Fernando VI, se construyó en el siglo XVIII y era una escuela para niños pobres. El 19 de julio de 1936, un día después del alzamiento, militantes de la CNT le metieron fuego, pero no fue reconstruido posteriormente. Mantuvo su estado de ruina hasta que en 2002 la UNED lo habilitó como biblioteca dejando visible parte de la ruina como recuerdo de la Guerra Civil.



¿París?

No, Madrid. La Escuela de Ingenieros de Minas de la calle Ríos Rosas fue inaugurada en 1893. El arquitecto ideó un edificio de planta rectangular estructurado en torno a un patio central con dos torreones rematados por cúpulas de estilo francés. El patio lo cubre una estructura de hierro y cristal. Todo el edificio rezuma influencia parisina.



¿Viena?

No, Madrid. La de Santa Bárbara era la iglesia que pertenecía al Convento de las Salesas Reales, fundado por la reina Bárbara de Braganza en 1748. A finales del siglo XIX las monjas fueron exclaustradas y el edificio del convento dedicado a Palacio de Justicia. La iglesia se convirtió en parroquia, una más de Madrid, aunque con regios inquilinos. En ella está enterrada la propia Bárbara de  Braganza y su esposo, el rey Fernando VI, que no quisieron ser sepultados en el monasterio de El Escorial como el resto de reyes de España.



¿Lisboa?

No, Madrid. La catedral de Alcalá de Henares es sede de la diócesis homónima y la única en el mundo, junto a la iglesia de San Pedro de Lovaina, que posee el título de "Iglesia Magistral", lo que implicaba que todos sus canónigos tenían que ser doctores en teología. Fue levantada en el tramo final del gótico, de ahí que muchos de sus elementos sean ya típicamente renacentistas. En 1936 fue incendiada por milicianos del Frente Popular, lo que ocasionó grandes desperfectos. Una parte se pudo reconstruir, otra se perdió para siempre.



¿Barcelona?

No, Madrid. El Caixa Forum del paseo del Prado es el último añadido a la ya grandísima oferta cultural de la ciudad. Fue inaugurado en el año 2008. El complejo es obra del prestigioso estudio de arquitectura Herzog & De Meuron, que consiguió levantar un museo desde cero respetando la antigua central eléctrica de Mediodía. Lo más llamativo del conjunto es el jardín vertical obra del botánico francés Patrick Blanc. El jardín ocupa la medianera del edificio adyacente y está compuesto por 15.000 plantas de 250 especies diferentes.
 
 

¿El Pirineo?

No, Madrid. Al norte de la comunidad se encuentra Buitrago del Lozoya, un pequeño pueblo amurallado que custodia el paso de Somosierra. Fue fundado por Alfonso VI de Castilla en el año 1096, cuando sus habitantes recibieron las armas del escudo. Aparte de su muralla, que data del siglo XI, Buitrago tiene un castillo, una iglésia gótico-mudéjar y hasta un museo dedicado a Picasso con obras que el pintor regaló a su peluquero, nacido en el pueblo.



¿Finlandia?

No, Madrid. Cerca de Rascafría, en las inmediaciones del monasterio de Santa María del Paular, se encuentra el bosque de Finlandia, un bosque de coníferas y árboles de hoja caduca similar a los del norte de Europa. El bosque se beneficia del microclima que existe en el alto valle del Lozoya, a 1.000 metros sobre el nivel del mar, rodeado de picos de más de 2.000 metros de altitud y con una pluviosidad mayor que en el resto de la meseta. La nieve suele hacer acto de presencia a menudo en invierno. En verano la suavidad de sus temperaturas lo han convertido en meca de senderistas y amantes de la naturaleza.



¿Chicago?

No, Madrid. A 230 metros del suelo, altura a la que se encuentra la azotea de la Torre Espacio, el tráfico del paseo de la Castellana no es más que un lejano rumor. El conjunto de rascacielos conocido como "Cuatro Torres" fue levantado entre 2004 y 2008. La más alta es la Torre Cajamadrid, que con 250 metros es también la más alta de España y la quinta de Europa.



¿Escocia?

No, Madrid. En 1907 Alfonso XIII inauguró el embalse de Santillana, construido sobre el cauce del río Manzanares. Para rematar la presa los arquitectos diseñaron una torre de estilo gótico-plateresco que sirviese de anticipo al castillo medieval que se encuentra al otro lado del embalse. En los años 60 se había quedado pequeño y se levantó una nueva presa delante de la antigua, aunque conservando la anterior. De este modo la torre se quedó en mitad del lago artificial, y ahí lleva más de un siglo viendo subir y bajar el nivel de las aguas.



¿Islandia?

No, Madrid. Durante el verano de 1964 la sequía castigó severamente a la capital. Fue entonces cuando se pensó en retener las aguas del Lozoya en su curso alto, donde más llueve de toda la región. El embalse se inauguró tres años después dejando un soberbio lago artificial de 480 hectáreas a los pies de la sierra. Aparte de este de Pinilla, el río Lozoya tiene cuatro embalses más, de ahí que decir agua de Madrid, famosa por su calidad, es casi lo mismo que decir agua del Lozoya.



¿Borgoña?

No, Madrid. En 1782 Carlos III fundó en Aranjuez la Bodega del Real Cortijo para conservar y envejecer los vinos del mismo nombre. Después de una historia muy ajetreada hoy la bodega sigue haciendo lo mismo que entonces. Produce muy pocas botellas (unas 25.000 al año) que sólo pueden disfrutar los socios de un selecto club enológico. Ofrece también la posibilidad de celebrar eventos en sus centenarias cuevas y, ya de paso, catar el vino.



¿Madrid?

Si, Madrid. La mole de la catedral de la Almudena se levanta poderosa encaramada sobre el promontorio donde hace mil años nació la ciudad. Unos metros más abajo discurre el humilde Manzanares, el aprendiz de río vilipendiado hasta la extenuación. Cuentan que, en cierta ocasión, un regidor de la Villa invitó a Lope de Vega a la inauguración de un puente. El dramaturgo se presentó en la ribera y, al ver el contraste entre la magnificencia del puente y la miseria del río, le dijo al regidor que Madrid tenía que elegir entre comprarse un río o vender el puente. Hoy, después de varias obras hidráulicas que han estabilizado su caudal y le han devuelto la limpieza al agua, la ciudad puede tener las dos cosas: agua (aunque no mucha) y pequeños puentes como el de la reina Victoria, construido en 1908.


Gracias a la Oficina de Turismo de Madrid.



"LOS NÚMEROS ORDINALES"

Los números ordinales indican la posición u orden que ocupa un elemento en un conjunto.

1°   primero 11°   undécimo 10°  décimo 100°   centésimo
2°   segundo 12°   duodécimo 20°   vigésimo 200°   ducentésimo
3°   tercero 13°   decimotercero 30°   trigésimo 300°   tricentésimo
4°   cuarto 14°   decimocuarto 40°   cuadragésimo 400°   cuadrigentésimo
5°   quinto 15°   decimoquinto 50°   quincuagésimo 500°   quingentésimo
6°   sexto 16°   decimosexto 60°   sexagésimo 600°   sexcentésimo
7°   séptimo 17°   decimoséptimo 70°   septuagésimo 700°   septingentésimo
8°   octavo 18°   decimoctavo 80°   octogésimo 800°   octingentésimo
9°   noveno 19°   decimonoveno 90°   nonagésimo 900°   noningentésimo
1 000°  milésimo 10 000°  diezmilésimo 100 000°  cienmilésimo 1000 000°  millonésimo


* El femenino de cada número ordinal se consigue sustituyendo la "-o" final por una "-a".
Ej: La primera planta.

Primero y Tercero presentan apócope delante de un nombre masculino singular.

1er (primer) elemento. Ej: El primer piso.
3er (tercer) elemento. Ej: El tercer piso.

21°   vigésimo primer/o 31°   trigésimo primer/o 41°    cuadragésimo primer/o
22°   vigésimo segundo 32°   trigésimo segundo 42°    cuadragésimo segundo
23°  vigésimo tercer/o 33°  trigésimo tercer/o 43°   cuadragésimo tercer/o
24°  vigésimo cuarto 34°  trigésimo cuarto 44°  cuadragésimo cuarto
25°  vigésimo  quinto 35° trigésimo  quinto 45°  cuadragésimo  quinto
26°  vigésimo sexto 36°  trigésimo sexto 46°   cuadragésimo sexto
27°   vigésimo séptimo 37°  trigésimo séptimo 47°   cuadragésimo séptimo
28°   vigésimo octavo 38°   trigésimo octavo 48°    cuadragésimo octavo
29°   vigésimo noveno 39°   trigésimo noveno 49°   cuadragésimo noveno

En español se emplean los números ordinales sólo hasta el 10, y a partir del 11 se emplean los cardinales, aunque existe undécimo, etc.
...el siglo primero, segundo... el siglo once, doce...
Enrique VIII, Alfonso X, Alfonso XII, Juan XXIII
Enrique octavo, Alfonso décimo, Alfonso doce, Juan veintitrés


"LOS NÚMEROS CARDINALES"

Números cardinales

Los números de dos cifras terminados en 0, en general, acaban en -enta (cuarenta, cincuenta, etc.), con las excepciones de 10 y 20 (que se escriben diez y veinte) y el 30 con una variante en su terminación treinta.
Mientras que en el grupo de los que no terminan en 0 se forman de las siguientes maneras:
Si son mayores a 30 se construye así: decena + y + unidades: Ej. 32 es treinta y dos.
Si son menores se fusiona en una palabra: Ej. 17 es diecisiete (antiguamente «diez e siete» y más tarde «diez y siete»)
Los nombres de los números del 11 al 15 tienen una construcción distinta, derivan también del latín pero la primera parte es la unidad y la segunda la decena, literalmente significan (unodiez el 11, dosdiez el 12 y así sucesivamente.)
Los acabados en 1 apocopan el «uno» en «un» sólo si la palabra que sigue es un sustantivo masculino o un sustantivo femenino comenzando en «a» o en «ha» tónica.
0 cero
1 uno
2 dos
3 tres
4 cuatro
5 cinco
6 seis
7 siete
8 ocho
9 nueve
10 diez
20 veinte
30 treinta Nótese la «i».
40 cuarenta
50 cincuenta
60 sesenta
70 setenta
80 ochenta
90 noventa
100 cien

Del 11 al 99

La lista completa de los números del 10 al 99 es:
10 diez
11 once
12 doce
13 trece
14 catorce
15 quince
16 dieciséis Lleva tilde. Etimológicamente evolucionó diferente a otras lenguas romances.
17 diecisiete
18 dieciocho
19 diecinueve
20 veinte
21 veintiuno,
veintiuna
Delante de un sustantivo: «veintiún» o «veintiuna».
22 veintidós Lleva tilde.
23 veintitrés Lleva tilde.
24 veinticuatro
25 veinticinco En textos especializados, a 25 años se refieren con el término «generación».
26 veintiséis Lleva tilde.
27 veintisiete
28 veintiocho
29 veintinueve
30 treinta
31 treinta y uno,
treinta y una
Delante de un sustantivo: «treinta y un» o «treinta y una».
32 treinta y dos
33 treinta y tres
34 treinta y cuatro
35 treinta y cinco
36 treinta y seis
37 treinta y siete
38 treinta y ocho
39 treinta y nueve
40 cuarenta
41 cuarenta y uno, cuarenta y una Delante de un sustantivo: «cuarenta y un» o «cuarenta y una».
42 cuarenta y dos
43 cuarenta y tres
44 cuarenta y cuatro
45 cuarenta y cinco
46 cuarenta y seis
47 cuarenta y siete
48 cuarenta y ocho
49 cuarenta y nueve
50 cincuenta
51 cincuenta y uno, cincuenta y una Delante de un sustantivo: «cincuenta y un» o «cincuenta y una».
52 cincuenta y dos
53 cincuenta y tres
54 cincuenta y cuatro
55 cincuenta y cinco
56 cincuenta y seis
57 cincuenta y siete
58 cincuenta y ocho
59 cincuenta y nueve
60 sesenta
61 sesenta y uno, sesenta y una Delante de un sustantivo: «sesenta y un» o «sesenta y una».
62 sesenta y dos
63 sesenta y tres
64 sesenta y cuatro
65 sesenta y cinco
66 sesenta y seis
67 sesenta y siete
68 sesenta y ocho
69 sesenta y nueve
70 setenta
71 setenta y uno, setenta y una Delante de un sustantivo: «setenta y un» o «setenta y una».
72 setenta y dos
73 setenta y tres
74 setenta y cuatro
75 setenta y cinco
76 setenta y seis
77 setenta y siete
78 setenta y ocho
79 setenta y nueve
80 ochenta
81 ochenta y uno, ochenta y una Delante de un sustantivo: «ochenta y un» o «ochenta y una».
82 ochenta y dos
83 ochenta y tres
84 ochenta y cuatro
85 ochenta y cinco
86 ochenta y seis
87 ochenta y siete
88 ochenta y ocho
89 ochenta y nueve
90 noventa
91 noventa y uno, noventa y una Delante de un sustantivo: «noventa y un» o «noventa y una».
92 noventa y dos
93 noventa y tres
94 noventa y cuatro
95 noventa y cinco
96 noventa y seis
97 noventa y siete
98 noventa y ocho
99 noventa y nueve
100 cien

Centenas

En español, las centenas tienen varias irregularidades: La centena se expresa como «cien» si va sola y como «ciento» si va acompañada de decenas o unidades. Para expresar varias centenas, se usa el plural «cientos», uniéndose esta palabra al número que está multiplicando a «cien», aunque pueden surgir irregularidades en dicho número o en la palabra entera.
100 cien

101 ciento un(o) ciento una
111 ciento once

123 ciento veintitrés

153 ciento cincuenta y tres

200 doscientos doscientas
210 doscientos diez doscientas diez
300 trescientos trescientas
400 cuatrocientos cuatrocientas
500 quinientos quinientas Irregular.
600 seiscientos seiscientas
700 setecientos setecientas Irregular: Se pierde la «i» de «siete».
800 ochocientos ochocientas
900 novecientos novecientas Irregular: El diptongo «ue» de «nueve» pasa a «o», del latín novem: ‘nueve’.

Millares

Los millares son completamente regulares. Para expresar números, la palabra «mil» permanece invariante, pero para expresar una cantidad indeterminada se empleará «millares» o «miles», por ejemplo: «Miles de personas se manifestaron». La norma general es simplemente escribir los millares, seguidos de «mil», más el número de tres cifras que siga.
Aunque tradicionalmente se ha venido usando el punto ‘.’ como separador de millares (p.ej.: 1.000), actualmente es recomendado el uso del espacio duro para separar los dígitos de la parte entera de tres en tres en números de más de 4 dígitos; por ejemplo, se usa: 25 000 pero 4000:
1000
mil
1002
mil dos
2000
dos mil
2800
dos mil ochocientos (u ochocientas)
3000
tres mil
4000
cuatro mil
5000
cinco mil
6000
seis mil
7000
siete mil
8000
ocho mil
9000
nueve mil
10 000
diez mil
15 000
quince mil
18 000
dieciocho mil
22 000
veintidós mil
28 000
veintiocho mil
37 000
treinta y siete mil
85 000
ochenta y cinco mil
100 000
cien mil
108 000
ciento ocho mil
160 000
ciento sesenta mil
585 000
quinientos (o quinientas) ochenta y cinco mil
999 000
novecientos (o novecientas) noventa y nueve mil

Millones

Los múltiplos enteros de un millón, utilizados como contadores de cosas, siempre van acompañados de la preposición «de»; por ejemplo: «tres millones de dólares». Cuando se especifican cantidades menores al millón, dentro del mismo número, esta preposición no se utiliza, por ejemplo: «un millón setecientos mil dólares».
Los múltiplos de un millón siempre son masculinos: se dice «quinientos millones de personas» a pesar de que «persona» es femenino y «quinientos» pueda utilizarse en femenino. Sin embargo, se dice «quinientos millones quinientas mil personas».
De nuevo, se debe separar la parte entera cada tres digitos usando espacio duro en lugar de punto ‘.’
La siguiente tabla recoge el uso estándar en español, que utiliza la escala larga:

1000
mil
1 000 000
un millón
2 000 000
dos millones
500 000 000
quinientos millones
1 000 000 000
mil millones (a veces «un millardo»)
1 200 000 000
mil doscientos millones
5 000 000 000
cinco mil millones
1 000 000 000 000
un billón
1 000 000 000 000 000
mil billones
1 000 000 000 000 000 000
un trillón
1 000 000 000 000 000 000 000 000
un cuatrillón
A veces se emplea un número decimal para multiplicar a un millón o potencia de un millón. También se emplea para millardos, a pesar ser muy infrecuente en español.
1 200 000
un millón doscientos (o doscientas) mil uno coma dos millones (=1,2 millones)
1 200 000 000
mil doscientos millones uno coma dos millardos
1 200 000 000 000
un billón doscientos mil millones uno coma dos billones
En los países donde se usa la coma y no el punto como separador de millares (y donde, por tanto, se usa el punto decimal), se sustituirá «coma» por «punto», por ejemplo, «uno punto dos millones».

Ejemplo

Dado el número:
       
          31415926535897932384626433832795

...se separan sus cifras de tres en tres y se delimitan así:


leyéndose:
Treinta y un quintillones
cuatrocientos quince mil novecientos ventiséis cuatrillones
quinientos treinta y cinco mil ochocientos noventa y siete trillones
novecientos treinta y dos mil trescientos ochenta y cuatro billones
seiscientos veintiséis mil cuatrocientos treinta y tres millones
ochocientos treinta y dos mil setecientos noventa y cinco.
Los subíndices son básicamente una estrategia mental; antiguamente se utilizaban como tales en números grandes para ayudar a la lectura, pero lo común en la actualidad es usar puntos o espacios indiscriminadamente como separadores de miles (31 415 926 535 897 932 384 626 433 832 795) o bien usar la notación científica para el manejo de números muy grandes, especialmente en textos científicos.

"PRONOMBRES RELATIVOS"

Los Pronombres Relativos...

Llámense relativos los demostrativos que reproducen un concepto anterior, y sirven especialmente para enlazar una proposición con otra. El de más frecuente uso es que, adjetivo de todo género, número y persona. En el navío que viene de Londres es de género masculino, número singular y tercera persona; en vosotras que me oís es de género femenino, numero plural y segunda persona. Debemos siempre concebir en él, no obstante su terminación invariable, el género, número y persona del sustantivo reproducido, que se llama su antecedente.
 
El relativo QUE.- 
Que puede ser sujeto, término y complemento. En todos los ejemplos anteriores es sujeto; es complemento acusativo en la casa que habitamos, y término en las plantas de que está alfombrada la ribera.
La proposición especificativa se llama subordinada, y la proposición de que ésta depende subordinante.
La proposición explicativa se llama incidente, y la de que ésta depende principal. Las proposiciones incidentes son en cierto modo independientes, y así es que sin alterar en nada el sentido del anterior ejemplo , se podría decir: Las señoras deseaban descansar y se retiraron.
Se llama Oración toda proposición o conjunto de proposiciones que forma sentido completo: de que está alfombrada la ribera es proposición perfecta, pero no es oración.
Los pronombres relativos pasan a interrogativos acentuándose. ¿Qué pasajeros han llegad?: el qué es aquí adjetivo y forma con pasajeros el sujeto de la proposición. ¿Qué ha sucedido?; el qué hace de sujeto y es un sustantivo, porque envuelve el significado de cosa o cosas.
De lo dicho se sigue que un complemento puede tener por término, no sólo un sustantivo, un predicado, un adverbio, un complemento, sino también una proposición interrogativa indirecta; pero es porque las proposiciones interrogativas indirectas hacen en la oración el oficio de sustantivos. 
  • Que es el de más uso porque se refiere a personas y/o a cosas.  Puede ser sujeto o complemento de su cláusula.

Ejemplos: El hombre que está allí es mi hermano.
El alumno que estudió recibió buenas notas.
El coche que ellos compraron es un SEAT.
El profesor de español, que también enseña ruso, estudiaba en la Universidad de Granada.


El relativo QUIEN.-
En lugar de las expresiones: el que, las que, los que, las que; empleamos muchas veces el sustantivo quien, quienes, cuando el relativo se refiere a persona o cosa personificada: "la culpa no fue tuya sino de quien te aconsejaba".
Quien se hace interrogativo acentuándose. Equivale, entonces a qué persona, y puede ser sujeto, predicado o término: ¿quién ha venido?, ¿Quién era aquella señora?, ¿A quién se llama?, ¿A quién llaman?
El relativo cuyo.- Cuyo, pronombre adjetivo, que es un tiempo posesivo y relativo, equivale a de que o de quien, en el sentido de posesión o pertenencia; como suyo equivale a de él, de ella, de ellos, de ellas, de ello: "El árbol, cuyo fruto comimos...".
Se hace interrogativo acentuándose: ¿Cuyo es aquel hermoso edificio?
Esta práctica es extremadamente limitada, ya porque cuyo debe referirse a personas, ya porque sólo tiene cabida en predicados que modifiquen el verbo ser. 
  • Quien/quienes se usan solamente para referirse a seres humanos y en cláusulas parentéticas, i.e., cláusulas que están marcadas por comas. Se puede sustituir el pronombre relativo que por quien o quienes, lo que es de uso más común en el habla corriente.

Ejemplos: Mi tío, quien era escritor, vivía en Hermosillo.
Mi tío, que era escritor, vivía en Hermosillo.

Esas mujeres, quienes están en el balcón, son muy ricas.
Esas mujeres, que están en el balcón, son muy ricas.
    
 

Se usa quien de sujeto sólo en refranes y en algunas frases hechas.
Ejemplos: Quien no trabaja, no come.
Sea quien sea, no quiero hablar con ellos.
  • El que, los que, las que, las que, se refieren a un nombre ya mencionado y se usan para evitar la repetición del sustantivo.

Ejemplos: — ¿Tomaste el examen de español?
— No, el que tomé era de matemáticas.

— ¿De qué raza son esos perros?
Los que vez aquí son pastores alemanes y aquéllos son chihuahueños.

— ¿Tienes una pluma verde?
— No, la que tengo es roja.

— ¿Son españolas esas mujeres?
— ¿Cúales?  ¿Las que hablan allí?

  • Lo que se usa para referirse a ideas, acciones o conceptos. Nunca se refiere a sustantivos.  Tiene aproximadamente el mismo significado que la cosa que o la acción que.

Ejemplos: Lo que necesitamos es más tiempo.
Lo que él me dijo era pura mentira.
Perdí mi reloj, lo que me dejó muy triste.
                                                


  • El uso de los pronombres relativos el cual, los cuales, la cual, las cuales generalmente se limita a un sentido de formalidad.  Se puede sustituir el pronombre relativo en la mayoría de los casos.

Ejemplos: Ningún alumno salió bien en el examen, el cual fue difícil.
Los peldaños, por los cuales subimos hasta la cima del templo, eran muy angostos.
El hombre pidió una cerveza bien fría, la cual bebió de un solo trago.
El gobernador recibió a las señoras, las cuales le habían pedido una audiencia.

  • El pronombre relativo lo cual se refiere a ideas o acciones ya mencionadas, sin embargo, es más común el uso de lo que.

Ejemplos: El chico rompió el vaso, lo cual enfadó a sus padres.
Armando terminó su ensayo, lo cual enorgulleció a su profesor.

  • Los pronombres relativos cuyo/cuyos/cuya/ cuyas denotan posesión.  Se pueden emplear en cláusulas independientes o restrictivas. SIEMPRE mantienen concordancia con la posesión, NUNCA con el poseedor.

Ejemplos: La mujer, cuyo hijo se viste de pantalones negros, es gitana.
El hijo cuyos padres sean ricos, será rico también.
El alumno cuya silla está en el frente de la clase se llama Miguel.
Ese hombre, cuyas hijas son todas rubias, es vecino nuestro.

  • Donde es un pronombre relativo de lugar.  Se puede sustituir en que/en el cual/en la cual/en los cuales/en las cuales por donde.

Ejemplos: El pueblo donde yo crecí, es ahora ciudad.
El pueblo en que yo crecí, es ahora ciudad.
El pueblo en el cual yo crecí, es ahora ciudad.

Más sobre los usos del pronombre relativo...
Cuando se refiere a personas se puede usar que o quien:

Ejemplos: Cervantes, que escribió Don Quixote, murió en 1616.
Cervantes, quien escribió Don Quixote, murió en 1616.

El uso de el que o el cual indica una selección.

Ejemplos: El autor, el que escribió la novela, ganó el premio.
El autor, el cual escribió la novela, ganó el premio.
Hay sólo un autor y él fue ganador

Hay varios autores y se refiere al ganador

Cuando se refiere a cosas, se puede usar que o el cual/ los cuales/la cual/las cuales.

Ejemplos: Esas revistas, que me trajiste, son interesantes. Esas revistas, las cuales me trajiste, son interesantes.

Se usa el que/los que/la que/las que para seleccionar.

Ejemplos: Esas revistas, las que me trajiste, son interesantes. Pero las otras que ya tenía no lo son

Se usa el cual/los cuales/la cual/las cuales para aclarar.

Ejemplos: Esas revistas, las cuales me trajiste, son interesantes. Aclara de dónde provienen

A veces se usa el cual/los cuales/la cual/las cuales para evitar la ambigüedad.

Ejemplos: La novia de mi amigo, la cual vive en Tejas, habla alemán.

Después de preposiciones simples se puede emplear quien, el que/ los que/la que/las que o el cual/los cuales/ la cual/las cuales para referirse a personas.

Ejemplos: Mis amigas con quienes hablabas, son muy amables.
Mis amigas con las que hablabas, son muy amables.
Mis amigas con las cuales hablabas, son muy amables.

Después de las preposiciones a, de, en o con, también se puede usar que cuando se refiere a cosas.

Ejemplos: La fiesta de la que te hablé fue en casa de Tomás.
La fiesta de la cual te hablé fue en casa de Tomás.
La fiesta de que te hablé fue en casa de Tomás.

Después de preposiciones compuestas se usa el cual/los cuales/ la cual/las cuales con personas y cosas.

Ejemplos: La novela dentro de la cual encontraste la tarjeta, la escribió mi madre.
La cesta de mimbre, dentro de la cual se encuentra la serpiente, se perdió.

Después del verbo ser se emplea el que/los que/la que/las que.

Ejemplos: La mujer sentada junto a tu prima es la que trabaja en la administración.
Esos chicos son los que nos llamaron ayer.